HERRAMIENTAS ESPIRITUALES

Las demandas que plantean los niños a padres, educadores, profesores y terapeutas infantiles han aumentado considerablemente durante los últimos años. Se podría pensar que los niños son ahora peores o que han sido educados de forma poco consecuente. Esto podría ser cierto, pero solo en parte, ya que en el fenómeno intervienen también otras causas. Los niños, en general, han cambiado mucho. Los especialistas denominan a los niños de ahora los “niños de la Nueva Era“.

 

Si usted es una de esas personas que sólo creen lo que ven, tocan, sienten o pueden oír; si usted ha construido su visión del mundo a partir de lo que la ciencia y la investigación cree, reconoce y comprueba, entonces le recomiendo pasar directamente al siguiente artículo. Y es que seguramente le disgustará saber que los remedios y métodos espirituales, tales como los símbolos y las esencias energetizados por la energía angelical, son aún más difíciles de comprender que las flores de Bach y la homeopatía. A todos los demás, los que se identifican con la frase de Antoine de Saint-Exupéry “Uno sólo puede ver bien a través del corazón. Lo esencial es invisible para los ojos“, le invito a proseguir leyendo.

 

En tiempos de grandes cambios globales y procesos de transformación, no es sorprendente constatar como, de repente, nada es como era. Aunque realmente lo de que sucede de forma tan “repentina“ no es completamente cierto. El proceso de cambio comenzó hace ya varias décadas, si bien pasó desapercibido, por lo menos para la mayoría de nosotros.

 

Este proceso, el cual es reconocido desde hace tiempo por seres humanos que gozan de una capacidad de percepción alta y de capacidades de médium, ha sido demostrado muy recientemente a través de diferentes estudios. Así, por ejemplo, los astrofísicos descubrieron hace algún tiempo que tras las erupciones solares, enormes cantidades de gases son catapultados en el espacio. Estas "eyecciones de masa coronal" lanzan gases, llamados plasma al espacio, a una velocidad de varios millones de kilómetros por hora. Lo especial de este plasma es que está cargado eléctricamente.

 

Cuando estas partículas cargadas chocan contra la atmósfera terrestre, causan tormentas magnéticas y luces polares. Por otro lado, alteran el campo electromagnético de la tierra, y a largo plazo influyen, a consecuencia de ello, en todos los seres vivos. Actualmente resulta posible incluso demostrar científicamente los cambios que sufren las estructuras moleculares de las células.

 

Desde un punto de vista físico, estas erupciones solares,  las cuales han ido aumentando de magnitud en los últimos años, están ocasionando cambios de gran alcance, algunos incluso en el cerebro humano. Los estudios muestran como por ejemplo existe una correlación entre la actividad geomagnética y algunas capacidades de la memoria o con la aparición de problemas de concentración. Algunos científicos creen incluso que los efectos de las erupciones solares podrían conducir a una reestructuración completa del ser humano.

 

Pues bien, esta reestructuración energética y estos profundos cambios ya están en marcha desde hace tiempo. Aunque no se vean diferencias físicas entre los niños que nacieron hace 20 años y aquellos que nacieron hace 50, lo cierto es que ambos grupos “funcionan“ de un modo diferente; responden a otros campos de energía, los segundos son muy sensibles y a menudo tienen capacidades mediales.

 

Los niños de la Nueva Era

 

Muchos de ellos, en sus primeros años de vida, siguen en contacto con ese mundo del que proceden. Son clarividentes, pueden ver el aura y a los espíritus o seres etéreos de otras dimensiones. A menudo, estas habilidades son atribuidas por los adultos al reino de la fantasía infantil, y aquí se queda la cosa. Los niños reprimen así sus capacidades espirituales, porque los adultos se burlan, les reprenden o incluso les castigan. Pero esto no cambia la verdad de los hechos: estos niños tienen otra consciencia, una mayor sensibilidad y una calidad de alma muy diferente a la de la mayoría de los adultos.

 

Negar a los niños estas habilidades por el hecho de no poseerlas uno mismo o por no comprenderlas es una tontería. Sería como negar el hecho de que algunos animales pueden escuchar sonidos en una frecuencia mucho más alta que los seres humanos. Pero hay una diferencia: las frecuencias en las que los animales pueden oír es algo demostrable científicamente, mientras que las capacidades espirituales de los niños de la Nueva Era, no lo es.

 

Si aceptamos que los niños van por el mundo con una "frecuencia" mayor a la de la mayoría de los adultos, deberemos de aceptar también que las frecuencias más bajas a menudo ya no son suficientes si queremos ayudar a los niños. No estamos hablando sólo a nivel físico, sino sobretodo de la frecuencia vibratoria a nivel emocional, la frecuencia de nuestros corazones. Cualquier persona que se acerque a los niños con el corazón cerrado o "petrificado" para  jugar con ellos o enseñarles algo, se verá confrontada con el rechazo.

 

Por ello, no es de extrañar que a menudo los niños, para mantener o mejorar sus problemas de salud, necesiten remedios con frecuencias cada vez mayores. Muchos de ustedes han optado hoy en día por plantas, hierbas, esencias florales o por la homeopatía como alternativa a los medicamentos alopáticos.

 

¿Qué tiene que ver todo esto con las herramientas espirituales? 


Muy sencillo: tenemos que cambiar nuestra visión del mundo, ampliarla de tal manera que podamos aceptar que algo como las herramientas espirituales verdaderamente existe. No estamos hablando de las conocidas esencias creadas con la ayuda de colores, hierbas, cristales, árboles, flores y aceites etéricos, ni siquiera de los remedios homeopáticos altamente potenciados. Todos ellos obtienen su energía a partir de sustancias terrenales y por lo tanto siempre tienen una vibración “cercana a la tierra ", no importa lo alto que hayan sido potenciados.

 

Las herramientas de las que hablo contienen energías y frecuencias exclusivamente espirituales, que no son de esta tierra. Vienen de los más altos niveles espirituales de nuestro universo o de nuestra existencia –según como lo queramos llamar. Se habrán dado cuenta de que estas energías “no-terrestres“ ya ni siquiera se pueden describir adecuadamente con palabras humanas: son símbolos y esencias angelicales.

 

Herramientas espirituales

 

Desde 1999 se me han ido transmitiendo como médium símbolos, esencias y aceites angelicales. Las energías contenidas en ellos provienen de las dimensiones espirituales de nuestra existencia y son grabadas, almacenadas y selladas en la materia que les sirve de soporte, por ejemplo, agua, aceites etc.

 

Quizá no logre convencer a los escépticos e incrédulos de la eficacia de los símbolos y las esencias - no es ni mi intención ni tampoco mi deber hacerlo. Tras doce años de experiencia personal y un sinfín de testimonios positivos e increíbles de personas particulares, médicos, educadores, naturópatas, comadronas y terapeutas de mascotas, sería demasiado fácil querer explicarlo todo alegando un efecto placebo. Creo que tiene más sentido explicarles más cosas sobre estas herramientas espirituales.

Las personas de orientación científica creen que sólo existen en el plano material, es decir, como cuerpo físico. Las personas de pensamiento holístico -y por lo tanto también los médicos holísticos- han reconocido que el cuerpo físico está rodeado por un cuerpo sutil e invisible, lo que son las capas aúricas. Existen instrumentos tecnológicos  gracias a los que puede hacerse vivible una pequeña selección de estas capas sutiles. El cuerpo sutil está estrechamente conectado con el cuerpo físico e interactúa con él permanente. Cualquier cambio en el cuerpo físico afecta al cuerpo sutil y los cambios en el cuerpo sutil, por ejemplo los provocados por el aumento de la frecuencia vibracional, provocaran cambios a nivel físico, mental, emocional y energético.

Los tratamientos alternativos o métodos integrales, los remedios con vibraciones cercanas a la tierra, provocan cambios en las primeras capas de vibración del cuerpo sutil. Así, por ejemplo, con la ayuda del entrenamiento mental, la kinesiología, esencias florales y cristales, la homeopatía, los cuencos hierbas, colores, sonidos, o aceites esenciales se consigue estimular las capas inferiores del aura -sintonizándolas a una vibración positiva y curativa- llegando su alcance como máximo hasta el cuerpo astral. Los bloqueos energéticos localizados en estas áreas pueden ser armonizados y disueltos.

Si quiere influir positivamente en las áreas sutiles, las áreas que van más allá del cuerpo astral, en las capas superiores de vibración sutil, necesitará de remedios “lejanos a la tierra“, herramientas espirituales tales como por ejemplo los símbolos y esencias angelicales.

 

¿Por qué todo esto es tan importante para la pedagogía espiritual? 


Porque los niños de la Nueva Era tienen un cuerpo energético de alta vibración y por ello los métodos alternativos o integrales no tienen efectos en ellos o sólo pueden ayudarles de manera parcial. En estos cuerpos energéticos se almacena su conocimiento intuitivo y sus capacidades como médium, los cuales solo pueden ser fomentados y apoyados si se tienen las herramientas adecuadas para ello.

 

Por ignorancia e incomprensión no se ha tomado en consideración que los niños poseen una conciencia espiritual propia, la cual quiere ser reconocida, apoyada y, sobre todo, vivida. Por lo tanto, si estos "Niños de la Nueva Era" no son comprendidos y tratados como lo que son, es natural que surjan conflictos o problemas de comportamiento en la familia, en la escuela de educación infantil o en la escuela primaria.

 

En los sistemas educativos utilizados hasta la fecha, se echa de menos el conocimiento y la comprensión de las facultades espirituales de los "Niños de la Nueva Era” y de sus poco corrientes demandas. Los padres, educadores y terapeutas no han desarrollado estas habilidades, quizá ni siquiera saben que ellos mismos también las poseen, y por ello, son necesarias herramientas espirituales que les ayuden a entender el lenguaje de los niños. Por otro lado, estas herramientas pueden ayudarles también a adaptar los métodos clásicos o alternativos a las necesidades de los niños de ahora.

 

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